miércoles, 22 de febrero de 2017

Adiós, pequeño león valiente

De un tiempo a esta parte nos dicen adiós demasiadas personas y no me dejan tiempo para asimilarlo. 

Quizá porque me hago más mayor y, por ello, hay más  probabilidades o quizá porque soy más consciente.... Todas me duelen, como debe ser, y me hacen reflexionar mucho y valorar cada instante. 

Pero cuando se trata de un niño no puedo encontrarle el sentido. Un pequeño león valiente, como Pedro. Un luchador, un hermoso niño con una sonrisa maravillosa. Un hermano, un hijo.... soy incapaz de encontrar palabras que puedan servir como un mínimo consuelo. Porque cuando un hijo muere una parte del corazón de su madre se va con él y en su lugar, en su pecho solo queda una lucecita. 

Querida Mama, no hay consuelo para ti que yo pueda darte, ojalá pudiera cargar un poquito con tu pena para ayudarte. Sólo espero que la lucecita que ahora está en tu pecho te de calor cuando más lo necesites. 

Mi pequeño león valiente, siempre estarás en nuestros corazones. No llegué a conocerte en persona... (¡que pena tan grande decir no llegué!)

Has sido un gran luchador que nada temía, siempre con esa gran sonrisa. Un gran sabio que enseñaba a quien quisiera aprender el valor del día a día, el valor de vivir el momento. Hasta hoy siguen tus lecciones. 

De ti, que nos has enseñado lo más valioso: que la vida es corta y cada segundo que pasa no volverá a ocurrir, se irá para siempre... así que tenemos que vivir intensamente cada unos de ellos. Por nosotros y por ti. 

Porque nos has enseñado a disfrutar de cada instante que nos regala la vida, a no dejar que los problemas del día a día empañen este segundo que no se volverá a repetir. A relativizar los problemas. A mirar a nuestras familias, mirar a nuestros amigos, mirar a nuestros  hijos. A disfrutar de cada momento a su lado que pasará volando. Nadie se baña dos veces en el mismo río.

Mi pequeño León valiente, hay tantísima  gente que te echará de menos.... que siempre te guardarán en el recuerdo. Un recuerdo dulce y a la vez triste. Como debe ser, pequeño león. Siempre te encontraremos en los ojos de tu hermano y en el corazón de tu mamá.

Adiós, pequeño león valiente.


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